Hugo Alcaide, espontaneidad y frescura
¿Por qué un grupo de burgueses no es capaz de entenderse y llegar a una solución para intentar escapar de una casa en la que las puertas están abiertas? ¿Cuál era el objetivo de Buñuel? ¿Qué quería expresar con ese secuestro voluntario? Todas estas preguntas son las que se plantea uno cada vez que ve esta inquietante película. Y seguro que serán las mismas que nos plateemos cuando se cierre el telón del Teatro Español y nos quedemos paralizados, confusos, extasiados… ante la versión teatral adaptada por Fernando Sansegundo, dirigida por Blanca Portillo e interpretada por Inma Cuevas, Daniel Holguín, Cristina Plazas y Hugo Alcaide, entre otros.
La obra dirigida por Portillo pretende utilizar, según la directora, “las herramientas del Teatro para volver a mirarla con ojos nuevos, con los ojos de hoy, acercarnos a su misterio, al hechizo que produce esa imposibilidad de salir de un recinto que en todo momento permanece abierto”.
Como en su momento hiciera Buñuel, la versión teatral irrumpe con fuerza y saña en las sociedad convencional y burguesa representada por un nutrido grupo de personas que, poco a poco, se va desnudando de todo artificio y presenta su lado más vil, más… humano.
¿El argumento? Tras asistir a la ópera, un grupo de burgueses es invitado a cenar a la mansión de los Nobile. El personal del servicio siente la necesidad de abandonar la casa y los invitados se quedan solos. Por alguna extraña y desconocida razón no pueden salir de la casa; pasan los días, la comida y la bebida empiezan a escasear y, con la necesidad, también desaparecen las buenas maneras y los signos de educación. El lado más salvaje del ser humano prevalece en cada uno de ellos.
Ya sabéis, El ángel exterminador desde el 18 de enero al 25 de febrero (2108) en el Teatro Español.